- Ya le dijeron a López Obrador que no es necesaria su “ayuda” para resolver el problema político y laboral de la CNTE
- Conforme a la Doctrina Estrada, ningún Estado u organismo tendrá por qué inmiscuirse en asuntos domésticos de cada nación
El coordinador de la bancada de Morena en la Asamblea Legislativa, César Cravioto Romero, entregó al representante de la Organización de los Estados Americanos en México (OEA), Anibal Enrique Quiñónez Abarca, una carta dirigida a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la que solicita que se exhorte al titular del Ejecutivo federal a que respete y cumpla con los derechos humanos reconocidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los Tratados Internacionales.
El documento, dirigido a Quiñónez Abarca, es parte de las más de diez acciones dadas a conocer por el Grupo Parlamentario de MORENA en apoyo al magisterio y sociedad civil que se manifiesta en contra de la mal llamada reforma educativa.
Pese a ello, cabe recordar -si es, o no lo es un doble discurso de los maestros disidentes-, la CNTE ya le había advertido a López Obrador que no es necesaria su intervención para resolver el problema político y laboral de la CNTE, porque los mentores no desearían politizar esta trama.
Pero el llamado Peje no entiende de razones, le importa una insignificancia lo que otras fuerzas sociales o laborales buscan resolver sus acciones de batalla por la vía pacífica, y no que alguien los abandere con verborrea viperina, como si estuviera tratando con interdictos o imberbes que no pudieran defenderse por sí solos.
El principal arresto de uno de los líderes del magisterio disidentes no tiene nada que ver con las cuestiones políticas y penales, sino más bien se trata de integrar a los maestros a las Reformas en materia Educativa, y si esos “impartidores del conocimiento” prefieren vivir en el rezago, es mejor que renuncien y dedicarse a vender en los mercados públicos de sus pueblos, peras y manzanas.
México, a través de su historia, ha sido un país donde arrastra no solo un analfabetismo extraordinario, sino que millones de personas no terminan sus estudios por muchas razones, pero quien desee superarse y salir del anonimato, debe tener el suficiente esfuerzo y talento para desempeñarse por sí solos, de lo contrario se le etiquetará como un mediocre de tantos millones que existen en el mundo. Para Morena le resulta un suculento manjar electoral, ante la mimetización que viene viviendo toda la nación.
Para no variarle, César Cravioto Romero trató de explicar que la intervención de la CIDH es necesaria ante la grave crisis social y política que se vive en el país por la violación de los derechos humanos hacia los maestros y ciudadanos, así como por la implementación de la reforma educativa.
Si bien es cierto que los organismos internacionales acreditados diplomáticamente en México solo son entes receptoras de las problemáticas internas de cada Estado, su injerencia no tiene ninguna validez. Podrán hacer recomendaciones, pero de inmiscuirse en la política interna, por ejemplo, de México, sus autoridades se obedecerán a los protocolos diplomáticos para no hacerles caso jamás.
La Doctrina Estrada (nombrada por su autor como Doctrina mexicana) es el nombre del ideal central de la Política Exterior de México desde 1930. Su nombre se deriva de Genaro Estrada, secretario de Relaciones Exteriores durante la presidencia de Pascual Ortiz Rubio, que la redactó y publicó mediante un comunicado de dicha Secretaría de Estado el 27 de septiembre de 1930.
Esta doctrina se manifiesta en contra de que los países decidan si un gobierno extranjero es legítimo o ilegítimo, especialmente si este proviene de movimientos revolucionarios.
La doctrina Estrada contradecía la costumbre de su época de que cada país debía reconocer al gobierno de otro país para que este fuera considerado válido o legítimo. Igualmente se mostraba en contra de la doctrina Tobar y del intervencionismo.
La Doctrina Tobar, es de puntualizarse, es el nombre con el que se conoce a una exhortación hecha por el canciller de Ecuador Carlos R. Tobar en 1906. En ésta declara que los gobiernos Latinoamericanos, en defensa de la legítima democracia, deben evitar dar reconocimiento a los gobiernos de facto, gobiernos surgidos a partir de acciones de fuerza.
De tal suerte que con base a estas tesis jurídicas, los partidos políticos de oposición mexicanos, no tienen por qué andar causando lástimas en la política exterior, cuando los problemas existentes de México son domésticos.
Este hecho se centra en el afán de capturar la atención de los reflectores de la prensa nacional e internacional, pero no es suficiente el escándalo porque nadie les hará caso. Quedará como una anécdota más de las beligerancias de esos partidos políticos contrarios al gobierno.
Sin embargo y a su entender, Cravioto criticó al Gobierno federal por “violar” los Tratados Internacionales que México ha suscrito y ratificado, y responder con represión a una solicitud de diálogo por parte de los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que es la CNTE.
Acompañada por los diputados Flor Ivone Morales y Felipe Félix de la Cruz, expuso que el Ejecutivo federal ha violado el artículo 9 de la Constitución que nos rige, mismo que garantiza la libertad de reunión y expresión; así como los artículos 21 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y 15 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, los cuales obligan a los Estados a respetar el ejercicio del derecho político a la libre reunión. Pero todo esto no tiene ningún sentido con la problemática que se centra con el magisterio disidente.
Los legisladores lamentaron, nuevamente, los acontecimientos cometidos el 19 de junio en Nochixtlán, Oaxaca, donde las fuerzas del Estado mexicano reprimieron y terminaron con la vida de 8 personas y dejaron lesionadas a más de un centenar.
“De tal grado fueron los enfrentamientos que ahora se tiene la presencia en ese municipio de observadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para recabar información sobre lo acontecido”, comentaron.
Por: Blas A. Buendía